Los Atlantes de Tula: guardianes de piedra y enigmas ancestrales

La atención al detalle en estas esculturas habla del dominio que los toltecas tenían en el uso de la piedra y en su capacidad para crear obras de gran escala. A medida que se han realizado más investigaciones, se han encontrado indicios de una sociedad compleja, que incluía un sistema de comercio, un gobierno organizado y una estructura social jerárquica. Los hallazgos en Tula han ayudado a comprender no solo a los toltecas, sino también su interacción con otras culturas mesoamericanas, lo que ha sido fundamental para el estudio de la historia de México en general.

En 1944, el arqueólogo mexicano José García Payón fue clave en la identificación y estudio del sitio, llevando a cabo excavaciones que revelaron no solo el famoso Atlante, sino también otros importantes elementos arquitectónicos y escultóricos de la cultura tolteca. Hoy en día, el Atlante de Tula no solo es un ícono del patrimonio cultural mexicano, sino que también se ha integrado en la cultura popular, inspirando a artistas y escritores a lo largo de los años. Su presencia en el arte y la literatura refuerza la identidad nacional, mientras que el turismo en el sitio arqueológico plantea desafíos y oportunidades para la conservación de este invaluable tesoro.

  • De hecho, pasamos por una tienda de abarrotes en la cual me pude comprar una figura de Atlante.
  • Su poderío se concentró en Tula; ahí, en el Altiplano Central de México, establecieron una capital avanzada para su época social y culturalmente.
  • A diferencia de lasgrandes columnas de los atlantes, la complejidad escultórica también se vio reflejadaen representaciones de guerreros o dignatarios toltecas en miniaturas.
  • Esta ciudad se fundó aproximadamente a los inicios del siglo 10, justo después de la destrucción de Teotihuacan.
  • Además se puede apreciar el armamento que se portaba en la época de su construcción, se distingue como los cuatro atlantes empuñan con la mano derecha el átlatl, una especie de lanza dardos que servía para cubrir mayor distancia.
  • El sitio arqueológico de Tula se completa con varios edificios que rodearían la plaza que se supone fue el axis mundi del recinto sagrado de Tula Grande, el eje de la construcción de la ciudad.
  • El Atlante de Tula ha jugado un papel crucial en la construcción de la identidad nacional mexicana, especialmente durante el periodo post-revolucionario.

Saliendo de la zona arqueológica de Tula

Esto implica no solo la conservación de las estructuras, sino también el desarrollo de un modelo de turismo que beneficie a la comunidad local y respete el patrimonio cultural. Las acciones de conservación también deben ir acompañadas de una colaboración efectiva entre las autoridades locales, el INAH y la comunidad. La participación de la población local en la conservación del sitio es vital, ya que les permite ser parte activa en la protección de su patrimonio cultural. A pesar de los beneficios económicos, el aumento del turismo también plantea retos significativos.

Aunque se han ofrecido múltiples teorías sobre el significado de “atlante”, hay dos que destacan sobre las demás. La primera señala el término en arquitectura hace referencia a las columnas con forma masculina que sostienen algún edificio. Por otra parte, algunos señalan al atlatl, el pectoral de mariposa tallado en las esculturas, como el origen del nombre. En la parte frontal lleva un pectoral de mariposa, símbolo del guerrero desde épocas Teotihuacanas, que aunque ha adquirido transformaciones con el tiempo, se dice que cuando un guerrero muere en batalla, se convierte en mariposa y acompaña al sol al amanecer. Continuando la descripción, en la parte frontal se distingue un cinturón con un amarre a la altura del ombligo con una rodela en la parte posterior. Después de estos grabados, se aprecia un maxtla o taparrabos característico de la cultura Tolteca.

Escultura

Los atlantes de Tula son cuatro figuras antropomorfas,[1]​ pertenecientes a la cultura tolteca, que se encuentran sobre la Pirámide B, en la zona arqueológica de Tula, Estado de Hidalgo, México, también denominada como Tollan-Xicocotitlan. Famosa por los Atlantes de Tula, la zona arqueológica se convierte en un sitio de misticismo. Su altura es de 4.6 metros y se encuentran en la parte superior del Palacio del Señor de la Aurora o Tlahuizcalpantecuhtli. Los⁣ Atlantes toltecas son una de las ⁤figuras más enigmáticas⁢ y emblemáticas​ de la arquitectura mesoamericana.

Las estatuas están talladas en grandes bloques de basalto, un material resistente pero difícil de trabajar. El detalle de las esculturas, desde los pliegues de la ropa hasta los intrincados tocados, refleja una maestría técnica impresionante. Los toltecas también emplearon un sistema ingenioso para mantener las estatuas en su lugar, utilizando una serie de morteros y espigas que permitían que las pesadas figuras permanecieran de pie. Antiguamente, la ciudad de Tula fue la capital del Estado Tolteca y su nombre en náhuatl era Tollan o Tollan Xicocotitlan, que quiere decir ‘lugar de tules, cerca del lugar de los xicotes’.

Por ejemplo, este increíble complejo arqueológico legado por la civilización tolteca. Estas canchas, con forma de «I» mayúscula, están delimitadas por muros inclinados y plataformas laterales. El juego de pelota no solo tenía una función recreativa, también estaba cargado de simbolismo religioso y cosmológico, representando el movimiento de los astros en el cielo y la pugna entre las fuerzas divinas. El edificio cuenta con amplias salas, patios y una serie de columnas que sostenían techos de materiales perecederos.

Durante su apogeo, Tula se consolidó como un centro político, económico y religioso de gran relevancia. La ciudad contaba con una población numerosa y diversa, y su ubicación estratégica facilitaba el comercio y la interacción cultural con otras regiones de Mesoamérica. Los Atlantes de Tula fueron maestros en la construcción de grandes estructuras monumentales, incluyendo la Pirámide de Quetzalcóatl, así como varios palacios y templos. Estas estructuras fueron construidas con grandes bloques de piedra caliza, que fueron tallados y unidos con una técnica de mortero única para la época. Sea como fuere, aquellos atlantes que dominaban las alturas de una de las pirámides de Tula ejercían un considerable influjo en los habitantes, siendo probablemente uno de los hitos constructivos de la época de esplendor de la cultura tolteca.

Los Atlantes de Tula fueron columnas que sostenían el techo del templo de Tlahuizcalpantecuhtli, ubicado en la parte más alta de una pirámide emblemática del yacimiento de Tula. Hay esculturas tridimensionales y lápidas talladas en relieves, con personajes armados que aparecen asociados a elementos arquitectónicos como chac mool, pilastras, estelas, frisos y banquetas. Se destaca la producción de grandes estatuas de piedra, llamadas atlantes, que representan a guerreros y dioses. El Atlante de Tula, con su imponente presencia, ha sido interpretado como un símbolo de la potencia y el poder militar de la civilización tolteca. Se cree que los atlantes, que representan guerreros de la élite, están estrechamente relacionados con la ideología militar y la cosmovisión de los toltecas.

A medida que continuamos explorando su historia y significado, nos encontramos con la responsabilidad de preservar y celebrar este legado eotravel para las generaciones futuras. El Atlante de Tula ha sido objeto de fascinación y estudio, revelando secretos a través de hallazgos arqueológicos que nos acercan a sus orígenes y al esplendor de la civilización tolteca. Las características de esta obra maestra, desde sus dimensiones hasta los materiales utilizados, nos ofrecen pistas sobre la tecnología y el simbolismo que impregnaban la vida cotidiana de sus habitantes. A medida que exploramos su significado, se abre un abanico de teorías que lo conectan con otras culturas mesoamericanas, enriqueciendo nuestra comprensión del legado compartido en esta región.

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